martes, 24 de mayo de 2011

viernes, 20 de mayo de 2011

Los caballeros las prefieren rubias

O al menos eso es lo que afirmaba la comedia de Howard Hawks de 1953 y ahora, en pleno siglo XXI podríamos decir que rubias no sé, pero no muy listas sí parecen preferirlas, o al menos eso es lo que se desprende del estudio que hoy os presento. Y es que lamentablemente parece que la mujer ideal del siglo XXI ya no enamora a su pareja con la mente.


Que las mujeres inteligentes encuentran más problemas a la hora de pasar por el altar no son meras elucubraciones, sino las conclusiones de un estudio realizado por las Universidades del Reino Unido de Edimburgo, Aberdeen, Bristol y Glasgow, y publicado en el Journal of Personality and Individual Differences, según el cual cuanto más lista es una mujer más decrecen sus posibilidades de encontrar pareja estable, mientras que para el hombre ocurre al revés.

Las mujeres buscan hombres inteligentes, con un cerebro claro, agudo y activo. Por contra, los varones no parecen buscar mujeres brillantes. Según esta investigación, un cociente intelectual alto en los hombres dispara sus posibilidades de casarse, al contrario que en las féminas.

Según el informe realizado, la posibilidad de contraer matrimonio en el caso de los varones aumenta en un 35% por cada 16 puntos de subida en su cociente intelectual. En el caso de las mujeres ocurre al contrario, y es que los hombres parecen preferirlas "barbies" y tontas, mujeres florero, que cumplan su función de perfecta ama de casa y no les creen complejo de inferioridad, 16 puntos más, suponen para las mujeres un 40% más de posibilidades de quedarse solteras.

El artículo asegura que, después de un estudio realizado entre 900 hombres y mujeres a los que se les hizo una prueba de cociente intelectual cuando tenían 11 años, y que fueron entrevistados 40 años después para saber con quiénes se habían casado, se descubrió que las posibilidades de contraer matrimonio son un 40% menores si ellas deciden continuar con sus estudios superiores e ingresar en la universidad.

En resumen, a la hora de quedarse sola, la inteligencia y la prioridad que las mujeres den a su carrera profesional parecen ser dos factores decisivos. Las mujeres que carecen de licenciatura lo tienen mejor para enamorar a un hombre preparado. Increíble, pero cierto, en pleno siglo XXI.

Y es que, pese a que la mayoría de los hombres digan lo contrario, de ser verdad lo que afirman los psicólogos, éstos siguen gustando de mujeres tradicionales que les esperan en casa con las pantuflas y la comida en la mesa. El encargado de tan sorprendente estudio, Paul Brown, psicólogo de la universidad de Nottingham, explicaba que: "Las mujeres en la treintena avanzada que tienen una carrera profesional (...) simplemente encuentran que los hombres no son interesantes", explicó. Una mujer de alto cociente intelectual puede no encontrar interesantes a sus posibles parejas, sumado al hecho de que hay hombres que escogen mujeres con un perfil más tradicional: "Los varones prefieren mujeres que se asemejen a sus madres, y que les den apoyo en casa cuando salgan a trabajar, mientras que las mujeres de éxito buscan en cambio a hombres "interesantes" y prefieren esperar más antes de elegir".

"Es difícil —añade—. Las mujeres quieren más independencia, pero a la vez todos buscamos relaciones. La paradoja de la posición post-feminista está en crear un sistema social en el que la independencia y la interdependencia puedan florecer".

Otra posible causa de la reducción de las tasas de matrimonio para las mujeres inteligentes puede deberse a que pasan más tiempo estudiando que otras féminas, y por lo tanto retrasan su matrimonio más allá del punto de su máximo atractivo y de su mayor fertilidad, según un estudio consignado en 'Australian Twins Registry', llamado 'La educación superior reduce la salud reproductiva de las mujeres'.

Fuente: Sunday Times

martes, 17 de mayo de 2011

Un buen CI no garantiza el éxito en la vida

Los test de inteligencia se han considerado una herramienta válida para predecir el éxito académico, social y profesional de las personas. Sin embargo, una nueva investigación que ha repasado varios estudios con un total de 2.000 voluntarios acaba de poner en entredicho la validez de esta relación: un mayor cociente intelectual no implica más posibilidades de desarrollar estos logros. O, al menos, no hasta el punto que se creía. 


La nueva investigación, desarrollada en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) y publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), muestra que la motivación de una persona para hacer la prueba de inteligencia puede influir en el resultado tanto como sus propias capacidades cognitivas. La hipótesis era que las diferencias individuales en pruebas donde no había una motivación concreta eran, de hecho, mucho mayores que las que normalmente asume la literatura de las ciencias sociales. Con estas ideas en mente, los investigadores se pusieron a examinar los exámenes de CI.

Estudiaron a un grupo de 2008 jóvenes, algunos de los cuales recibieron un premio en efectivo por sus buenos resultados, y otros debieron tomar las pruebas por nada. "Como era previsible, se observó una relación directa entre la magnitud del incentivo y la medición del CI", comentaron los investigadores. Dicho de otro modo, cuanto más dinero se prometía, más inteligentes eran los jóvenes. Una vez que se ha tenido en cuenta este efecto, la capacidad que se atribuye a la puntuación obtenida para predecir éxitos en la vida disminuye considerablemente, según concluyen los autores. 

La investigadora Ángela Lee Duckworth, del departamento de Psicología de la citada institución, y sus colegas consideran que se ha producido una "desafortunada confusión" entre el cociente intelectual y la inteligencia. El primero mide los resultados de un test, en el cual se ha podido poner mayor o menor empeño, mientras que la segunda es una capacidad latente que puede expresarse en diversas circunstancias de la vida.

Además, el análisis de estudios anteriores, que siguieron el desarrollo de niños tras medirles el cociente intelectual, ha llevado a los autores a concluir que el efecto de la motivación en la puntuación obtenida es "mucho mayor de lo que ahora se asume" en la literatura científica. Tras introducir esta nueva variable, se reduce significativamente "la validez predictiva de la inteligencia para resultados vitales, particularmente en contextos no académicos". Es decir, los niños que son buenos rindiendo examen en la escuela tienden a permanecer en la escuela, pero eso no quiere decir que sean buenos a la hora de conservar un trabajo", sostienen los investigadores, aunque agregan que la inteligencia obviamente influye.

La investigación también establece que la motivación influye de modo engañoso en el resultado de los tests de CI. En las personas que son objetivamente más inteligentes es un factor menos variable. Obtener un elevado nivel de CI demanda inteligencia y motivación, pero recibir una baja calificación puede deberse tanto a una inteligencia limitada como a una baja motivación.

"Un test no predice la capacidad para montar un negocio, tener amigos fiables o formar una familia feliz", argumenta el doctor Luis de Rivera, catedrático de Psiquiatría y director del Máster de Psicoterapia de la Universidad Autónoma de Madrid. "Los test miden las capacidades lógico-matemáticas, pero hay otros tipos de inteligencia".

VALIDEZ Y FIABILIDAD

Por su parte, el neuropsicólogo José Antonio Portellano, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid, defiende la validez de los las pruebas de inteligencia siempre que las realice un experto e incorporen un análisis estadístico que garantice la validez y fiabilidad de los resultados. "Lo demás, lo que encuentras en Internet o en las revistas, son divertimentos, y son un desprestigio para los test".

Este experto recuerda, en cualquier caso, que "los test de inteligencia no son el 'bálsamo de Fierabrás': puede haber personas psicóticas, con un gran cociente intelectual pero sin inteligencia emocional". De Rivera también apunta a este componente social de la inteligencia, el cual adquirirá, a su juicio, un protagonismo cada vez mayor. 

"Se empieza a descubrir este nuevo aspecto. Algo está cambiando en la sociedad y eso hace que nos demos cuenta de que la inteligencia lógico-matemática no es la más importante en esta nueva era en la que estamos entrando", aventura. "En una cultura irracional, la razón es utilísima; pero cuando todo el mundo es muy racional, el péndulo cambia de sentido", augura De Rivera. 



lunes, 16 de mayo de 2011

Enhorabuena

El profesor y psicólogo estadounidense Howard Gardner se ha alzado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en su edición de 2011. Gardner profesor en la Universidad de Harvard es conocido por su teoría de las inteligencias múltiples. 


El jurado del premio ha estimado la trayectoria profesional de este psicólogo estadounidense profesor de la Universidad de Harvard y célebre por su teoría de las inteligencias múltiples.

Gardner también es conocido por ser coodirector del Proyecto Zero en la Escuela Superior de Educación de Harvard, también es profesor de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.

Howard Gardner siempre ha defendido que la inteligencia no es una "cantidad que se pueda medir con un número como lo es el cociente intelectual" sino que apuesta porque la "inteligencia es la capacidad de ordenar los pensamientos y coordinarlos con las acciones". "La inteligencia no es una sola, sino que existen tipos distintos".

El profesor Gardner nació en Scranton, Pensilvania en 1943, poco después de que su familia emigrase desde Alemania a Estados Unidos huyendo del régimen nazi.

lunes, 9 de mayo de 2011

Consejos para ser más inteligentes

¿Quién no ha pensado alguna vez que le gustaría ser más inteligente? ¿tener más memoria? ¿ser más bueno en matemáticas? Aunque cambiar de manera radical nuestra capacidad intelectual está lejos de poder ser una realidad, poco a poco van apareciendo estudios que parecen sustentar la idea de que podemos desarrollar, al menos en parte, alguna de las ocho áreas que según Howard Gardner, experto en inteligencia de la Universidad de Harvard, son las habilidades en que se compone nuestra capacidad intelectual: linguística verbal, lógica matemática, cuerpo y kinestesia (habilidades manuales), espacial, musical, interpersonal y naturalista (se refiere al contacto con el medio ambiente).

Mientras esperamos a que aparezcan nuevos y, quién sabe, si definitivos estudios al respecto, podemos ir poniendo en marcha alguno de los buenos consejos que Steve Gillman, propone para estimular la inteligencia. Se me ha ocurrido poner en negrita aquellos que yo suelo hacer de manera regular... ¡y aún me faltan un montón! ¿y a ti?¿cuántos te faltan?:
  1. Cuida todo lo relacionado con tu cuerpo, como son las posturas, la alimentación, el ejercicio físico, etc.
  2. Desarrolla hábitos de pensamiento eficaces y técnicas de resolución de problemas.
  3. Usa el tiempo muerto que a veces pasamos en el transporte público, en las salas de espera, etc. para seguir agilizando la mente con ejercicios o lecturas.
  4. Practica la relajación y la meditación.
  5. Imagínate hablando con expertos del tema deseado o hacerlo con uno mismo. Cantar también es útil para aprender o practicar ciertos asuntos.
  6. Ajusta las creencias que tienes sobre sí mismo. Si te crees más inteligente, realmente lo acabarás siendo.
  7. Realiza ejercicios matemáticos, completa puzzles, soluciona problemas de lógica, etc.
  8. Observa a personas que consideras inteligentes y trata de emular sus hábitos.
  9. Juega continuamente con todo lo que te rodea.
  10. Motívate a ti mismo. Existen muchas técnicas de motivación que puedes aprender.
Fuente: Eduar Punset

martes, 3 de mayo de 2011

Extravagancia ¿antesala de la creatividad?

¿Te gusta vestir de forma extraña, hace cosas fuera de lugar, ir contracorriente de los demás? ¿Tienes una forma de pensar y comportarse insólita y ajena a los modelos sociales? Si es así, tal vez seas uno de los pocos pero notables habitantes de este planeta con inconformismo social, felicidad, sentido del humor, inteligencia y creatividad fuera de lo común: un excéntrico. Igual que Dalí, Galileo, Wilde, Picasso, Einstein o Chaplin.


Cuando el escritor inglés Oscar Wilde llegó a EEUU en 1882, un inspector de aduanas le preguntó si tenía algo que declarar y él respondió “nada, salvo mi genio”. Cuando agonizaba en París, pidió el champán más caro y dijo “me estoy muriendo por encima de mis posibilidades”. El pintor catalán Salvador Dalí solía comer grandes cantidades de queso Camembert antes de dormir porque así conseguía sueños creativos y gráficos, en los cuales veía muchas imágenes e ideas para plasmar en su arte, que él denominaba “paranoico-crítico”.

Estas son solo algunas de las anécdotas, situaciones y actitudes poco convencionales de grandes personajes excéntricos entre los que también figuran Galileo Galilei, Pablo Picasso, Albert Einstein, Graham Bell, Isaac Newton, Charles Chaplin, James Joyce. Pero también personajes famosos como Michael Jackson o el Príncipe Carlos de Inglaterra, junto con personajes anónimos que cuentan también con extravagancias resaltables. Como por ejemplo, el caso de Marvin Staples, un indio Chippewa de Minnesota que camina hacia atrás porque "esto le hace sentir más joven y lo ha curado de un dolor crónico de espalda y de artritis".

El estudio de Weeks

En su afán por conocer más sobre la originalidad del pensamiento, cómo se produce y qué perfil respondía realmente a los excéntricos, David Weeks y Jamie James entrevistaron a más de mil personas durante 10 años y sus conclusiones no dejaron lugar a dudas. Encontraron 15 adjetivos que se pueden usar para estas personas: inconformes sociales, creativos desmesurados, conscientes de sus rarezas sin sufrir por ello, idealistas y, además, más sanos y felices que el común de los mortales. Todo su estudio y buena parte de las excentricidades que recogieron pueden encontrarse en la publicación de 1996: "Eccentrics: A Study of Sanity and Strangeness".

Según Weeks, neuropsicólogo, la excentricidad es una forma peculiar de personalidad que tiene características generalizables y que se podría resumir en dos palabras: inconformismo social.

lunes, 2 de mayo de 2011

Personas y personajes (III): Grigori Perelman

Tal vez el nombre de Grigori Grisha Yákovlevich Perelman (en ruso: Григорий Яковлевич Перельман), no te suene casi nada o nada si no te dedicas al mundo de las matemáticas, pero corresponde a la que, probablemente, es una de las personas vivas más inteligentes del mundo, así que sin duda merecía un puesto destacado en esta sección.


Nacido el 13 de junio de 1966 en Leningrado, URSS (ahora San Petersburgo, Rusia), Perelman es un matemático ruso que ha hecho históricas contribuciones a la geometría riemanniana y a la topología geométrica. En particular, ha demostrado la conjetura de geometrización de Thurston, con lo que se ha logrado resolver la famosa conjetura de Poincaré, propuesta en 1904 y considerada una de las hipótesis matemáticas más importantes y difíciles de demostrar. Los enlaces a la Wikipedia son optativos si quieres entrar en más detalles sobre la inmensidad y la dificultad de su trabajo.

En agosto de 2006 se le otorgó a Perelman la Medalla Fields por sus contribuciones a la geometría y sus ideas revolucionarias en la estructura analítica y geométrica del flujo de Ricci. La Medalla Fields es ampliamente considerada como el mayor honor que puede recibir un matemático, equivalente a lo que pueda ser un Premio Nobel en otra especialidad, sin embargo, él declino tanto recoger el premio como asistir al congreso.
 
En el año 2000 el Instituto de Matemáticas Clay lanzó los siete Problemas del Milenio en conmemoración de los famosos 23 problemas enunciados por David Hilbert en el ICM de París de 1900. El 18 de marzo de 2010, anunció que Perelman cumplía con los criterios para recibir el primer premio consistente en un millón de dólares, por la resolución de la conjetura de Poincaré. James Carlson, presidente del Instituto Clay, ha dicho: La resolución de la conjetura de Poincaré por Grigory Perelman cierra un siglo de investigaciones. Es uno de los mayores logros en la historia de las matemáticas.

Tras rechazar dicho premio, declaró: “No quiero estar expuesto como un animal en el zoológico. No soy un héroe de las matemáticas. Ni siquiera soy tan exitoso. Por eso no quiero que todo el mundo me esté mirando.
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